El Algarve, situada en las costas del sur de Portugal, es por sus magníficas playas y agradable clima la región más visitada de ese país. Debido a la gran afluencia turística, hay una amplia oferta de hoteles en el Algarve, así como de resorts de lujo.
Las playas del Algarve, que se extienden a lo largo de 150 kilómetros entre dunas y acantilados, son de arena fina y dorada. Las hay de todas dimensiones, algunas más concurridas que otras, de oleaje suave o bravas, para la familia, naturistas o recónditas. En fin, hay playas para todos los gustos pero el buen tiempo siempre prevalece. En buena parte de ellas, puede alquilarse equipamiento para practicar deportes de aire y mar.
Además, los visitantes pueden acceder a los mejores campos de golf de toda Europa, treinta en total, que son ideales para aficionados y profesionales.
Muchas son las actividades que el turista puede hacer durante su escapada al Algarve, como por ejemplo disfrutar de las playas desérticas de la Costa Vicentina, navegar por aguas más concurridas entre Lagos y Faro, zambullirse en el mar calmo de las islas de Ria Formosa, deleitarse con la oferta gastronómica de los restaurantes, beber un refresco en los bares o visitar con los niños algún parque temático.
Actividades deportivas
Además de disfrutar de las estupendas playas, El Algarve cuenta con el entorno ideal para la práctica de numerosos deportes. Algunas de las opciones disponibles son recorrer la costa en una moto de agua o un barco de motor de alquiler, practicar canoeing en Portimão, deslizarse en vela las aguas que surcan el Parque Natural de Ría Formosa, hacer surf o bodyboard en la Costa Vicentina y pescar en el área de Vila do Bispo Lagos o en Vila Real de Santo António, entre muchas otras alternativas.
Para visitar
Para conocer más a fondo la región, existen diversas propuestas como visitar las playas paradisíacas del Parque Natural de la Costa de San Vicente o conocer alguno de los antiguos castillos moriscos. También, se puede ascender hasta Fóia, la parte más alta del Algarve, ubicada en la Sierra de Monchique, y contemplar la apacible belleza de su entorno enmarcada por las aguas cristalinas.
En dirección al interior, vale la pena allegarse hasta la Sierra de Caldeirão para apreciar la interesante artesanía regional, que incluye piezas en cobre, obras hechas en barro pintado a mano y cestería en hoja de palmera, etc.
Mientras que en la zona de la frontera, se puede pasear en barco por el río Guadiana, pasando por el Parque Natural, que destaca por su abundante fauna y vegetación, hasta la Vila Real de San António, en la desembocadura del río.
Los turistas seguramente se sorprenderán con los contrastes que imperan en este destino turístico. Visitar los pueblos y aldeas pesqueras para contemplar sus casas encaladas mientras se da un recorrido por sus calles estrechas, es una buena propuesta.
Faro, capital del Algarve, es un enclave turístico que destaca por sus grandes extensiones de almendros. Aquí pueden visitarse los restos de fortificaciones, el museo marítimo, la catedral, la iglesia do Carmo, el mirador de San Antonio y el Convento de la Asunción. A tan sólo 7 kilómetros al suroeste de esta ciudad está la Playa de Faro, un extenso arenal que aglutina diversos bares y restaurantes.
Por su parte, en Loule, pueblo ubicado a unos 10 kilómetros de Faro, pueden visitarse la iglesia de la Misericordia y los restos del Convento de Graça.
Para conocer de cerca la arquitectura popular de la región, también se puede ir a las ciudades de Almancil, Olhao, Tavira y Estoi, por mencionar algunas.
Descansar en el Algarve, disfrutando de las playas y aguas cristalinas del sur de Portugal, es una experiencia inmejorable.
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