La ciudad de los niños de Tonucci no existe como tal, se trata de un proyecto pedagógico que pretende potenciar la participación de los niños en las ciudades, tanto en su gestión como en la forma en que estas se construyen y se viven.
Tonucci es un gran defensor de que los adultos debemos de escuchar las ideas y opiniones de los niños y aprender de ellos, ya que no son simples recipientes que deben de ser llenados con conocimientos, sino que también son personas con sus pequeñas experiencias y pensamientos.
Aunque la ciudad de los niños no es un lugar concreto, son varias las ciudades que se han adherido a una red que pretende crear pequeños “consejos infantiles” dónde los niños aporten sus ideas y sean oídas.
¿Cómo sería la ciudad de los niños?
La red de ciudades que quieren formar parte del proyecto aumenta día a día. 57 poblaciones italianas, 20 españolas y cada vez más en Sudamérica se suman a un experimento muy interesante del que pedagogos, psicólogos y profesores quieren formar parte para conocer mejor a los niños y poder hacer llegar sus ideas a los gobernantes.
¿Pero como sería la ciudad ideal desde el punto de vista de este proyecto? Desde luego se trataría de un lugar dónde los niños pudieran jugar en las calles. Estas deberían de ser seguras, tal como ocurría hace pocos años y tras el colegio deberían de tener tiempo para disfrutar con otros pequeños en lugares destinados para ello.
Para conseguir esto es necesaria la ocupación social de los espacios públicos. Los niños deberían de poder salir de su casa y tener cerca un lugar para jugar sin miedo al tráfico y dónde pudieran sentirse seguros.
Como hemos dicho habría un “consejo infantil” dónde también participarían los adultos. En el los niños aportan sus alternativas y su punto de vista sobre cómo se puede mejorar la ciudad en lo que a ellos les toca más de cerca. En estos consejos habría una persona que se encargaría de hacer llegar al alcalde de la ciudad un resumen de las propuestas.
Una gran labor de investigación
Todas las ciudades que se han adherido al proyecto se han comprometido a intentar mejorar y ser más acogedoras para los niños. Los expertos en sociología, psicología y pedagogía extraen también sus conclusiones y elaboran diversos estudios partiendo de los datos extraídos de esta red experimental.
Hoy por hoy no podemos visitar una auténtica ciudad de los niños, pero quizás las futuras generaciones puedan beneficiarse de este proyecto tan ambicioso y es posible que no solo se cumplan las grandes peticiones de espacios públicos, sino también pequeños sueños como el del niño que pedía “más matorrales para poder besarnos a escondidas”.