Groenlandia no es un destino turístico tradicional, pero no por ello deja de tener un encanto particular, especialmente para aquellos que disfrutan de la aventura. Esta isla, la segunda mayor del mundo en extensión territorial después de Australia, tiene más del 80 % de sus 2.175 600 kilómetros cuadrados cubierto por hielos antiguos y perennes y formando un particular y basto desierto congelado. Estos hielos perpetuos forman parte del Parque Nacional del Noreste de Groenlandia y son una de las atracciones fundamentales para el viajero y el explorador.
Las temperaturas en Groenlandia son gélidas casi todo el año, con una media de –31 ºC. En invierno llegan a alcanzar hasta –65 ºC en algunas regiones y en el corto verano oscilan entre –5 ºC y 20 ºC. A pesar de parecer bajas, debido a la baja humedad del clima groenlandés, la sensación térmica en verano es mucho más cálida que lo que aparentan estas temperaturas, así que no es nada raro ver a los nativos con ropa muy ligera en esa temporada.
Un dato muy curioso sobre Groenlandia es que no existen caminos ni carreteras entre sus ciudades y poblados, la transportación se realiza casi exclusivamente mediante diferentes embarcaciones y por aire en toda clase de vehículos aéreos. Para las distancias cortas se emplean moto nieves, trineos y pequeñas embarcaciones como canoas y kayaks.
Es un error pensar que en Groenlandia los osos blancos polares se pasean entre los iglús donde viven sus pobladores todo el año sometidos a un oscuro y frío invierno. Es verdad que el invierno es muy frío y con largas horas de oscuridad, pero el verano es agradablemente cálido y muy soleado. En cuanto a los osos, son animales muy tímidos y solitarios y pueden ser vistos solo si vamos acompañados de guías especializados. Hoy en día los iglús solo se levantan por algún cazador que se ha adentrado mucho en los hielos perpetuos tras una presa. La oferta de alojamiento en las ciudades y poblados de Groenlandia es modesta, pero muy confortable y pintoresca.
Aunque te parezca raro que una zona tan agreste y fría como Groenlandia tenga atractivos turísticos de calida, esto es un hecho, especialmente para los viajeros con sangre de aventureros y exploradores. Los icebergs, las noches blancas del verano con sus auroras boreales de danzarinas luces multicolores, la exótica fauna, paisajes de ciencia ficción, ancestrales glaciares, viajar en trineo tirado por perros, navegar en kayak, son solo algunas de las actividades y encantos de los cuales podrás disfrutar durante unas vacaciones en este país.
Sin embargo, dentro de todos estos atractivos destacan los cruceros. Cuando te embarques en alguno de los viajes de cruceros que ofertan las turoperadoras en Groenlandia, tendrás la posibilidad de:
Ver Groenlandia desde el mar
Groenlandia tiene una naturaleza y cultura únicas, posee una fauna magnífica y costas dominadas por impresionantes glaciares, fiordos profundos, y farallones de hielo rodeados de aguas calmas. Los diferentes poblados y asentamientos se extienden a todo lo largo de la geografía del país sin conexión por caminos, carreteras o vías férreas. Viajar a bordo de un crucero es la mejor manera de extasiarse en la contemplación de la segunda isla más grande del mundo, y claro tendrás una vista privilegiada de las majestuosas ballenas o los irrepetibles icebergs.
La aventura de la navegación en sí misma
Un crucero es como una confortable casa flotante que cada día te llevará a un nuevo destino y donde vivirás una nueva experiencia.
Las experiencias y paisajes vistos a bordo o desde tierra
Durante el viaje en el crucero, el personal de a bordo te irá brindando toda la información sobre la ruta de navegación y los lugares que vas contemplando. En las paradas en tierra podrás contratar a guías nativos que te mostrarán todos los atractivos de la localidad. En muchas regiones remotas de Groenlandia en la actualidad, la llegada a puerto de un barco extranjero es todo un acontecimiento.
Variedad cultural y diferentes excursiones
¿Te gustaría visitar las ruinas Vikingas del sur de Groenlandia Sur o ser invitado a disfrutar de un ¨kaffemik¨ junto a la familia de un granjero de ovejas? ¿Quizás prefieras sobrevolar en helicóptero los hielos que cubren Ilulissat, o navegar hasta Icefjord para después darte una vuelta por el pueblo o hacer las 4 cosas el mismo día? Las compañías de cruceros trabajan en coordinación con las principales agencias de viaje locales y por consiguiente no es raro que a menudo te presenten para tu disfrute una amplia gama de experiencias culturales y excursiones en cada sitio de desembarco.
Comer bien y conocer a otros viajeros
Los cruceros habitualmente arriban a puerto temprano en la mañana para que puedas estar en tierra el día entero junto a otros viajeros, por lo que podrás almorzar en algún restaurante local y disfrutar de las ofertas gastronómicas de la región y luego de una interesante jornada comer en la tarde a bordo. Los restaurantes locales están familiarizados con los horarios de los turistas y son muy confortables y pintorescos.