Hay tanta historia como ciudades milenarias alrededor del mundo. Para conocer Bujará en Uzbekistán hay que ver a su glorioso pasado y así con un poco de perspectiva de su relevancia histórica admirar los hermosos edificios que conforman esta maravillosa ciudad en Asia, en Uzbekistán que durante mucho tiempo fue relevante como parte del imperio persa. En algún tiempo de su pasado fue como hemos dicho una de las ciudades más pujantes de la civilización iraní. Ese status permitió que se construyeran hermosos edificios religiosos que hoy forman parte del atractivo para los turistas que llegan a esta región.

A través de la historia de Bujará en Uzbekistán, y de sus edificios que además evidencian la riqueza de los detalles arquitectónicos persas se puede entrever el gran grado de florecimiento de las artes y riqueza que vivió al ciudad cuando era primero aria, posteriormente sogdiana para ser luego y durante mucho tiempo persa. Hoy se le considera un destino turístico relevante para conocer la cultura islámica en Asia Central y para los peregrinos, el segundo lugar de peregrinaje tras la ciudad santa de La Meca.

La ciudad con un paisaje hermoso de Asia, con tórridos veranos, es un encantador entorno donde se pueden admirar los bellos edificios como la Madraza Mir-i-Arab, como Madraza se conoce cualquier construcción destinada a escuela ya sea secular   o religiosa. También se puede admirar el Palacio del Emir y otras construcciones que datan de siglos. Bujará tiene más de 2,000 años de historia y fue un entorno muy conocido desde la antiguedad por quedar precisamente en la llamada Ruta de la Seda.  En ella se encuentra la tumba de Ismael Samani, testimonio de la belleza de la obra arquitectónica de la región, la mayoría de madrazas en la ciudad datan del siglo XVII. Un lugar donde el tiempo parece haberse detenido para maravillarnos por su belleza.

Imagen: Madraza en Bujará